lunes, 15 de noviembre de 2010

Pedro Espinosa

Pedro Espinosa nació en Antequera el 4 de junio de 1578.
Hizo sus estudios en la misma ciudad donde recibió el grado de licenciado, asistiendo más tarde a la Academia poética de Granada.
Fue un poeta del Siglo de Oro y uno de los primeros en emplear los alejandrinos en sus sonetos, adelantándose a los modernistas, siendo considerado uno de los buenos poetas de su época.
El año 1603 se encuentra en Valladolid, donde está la Corte, y luego en Madrid, trabando amistad con poetas los Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Lope de Vega o Tirso de Molina e incluso Lope de Vega hace una mención honorífica de este poeta en su obra Laurel de Apolo.
Parece ser que por asuntos de amores, que fue rechazado por una mujer, termina retirándose de la vida mundana, haciéndose anacoreta y luego ordenándose sacerdote y cambiando su nombre por el de Pedro de Jesús, con el que firmaría algunas obras.
A petición del Duque de Medina Sidonia se traslada a Sanlúcar de Barrameda, donde el duque lo nombra capellán, concediéndole una capellanía en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Caridad y al fundarse el año 1625 el Colegio de San Ildefonso, lo designó rector del mismo.
Espinosa permaneció en Sanlúcar de Barrameda durante treinta y cinco años, falleciendo en esta ciudad a la edad de sesenta y ocho años el 12 de octubre del año 1650.
En esta población tiene dedicada una calle con el nombre de Poeta Pedro Espinosa.
Entre las obras de Pedro de Espinosa están:
Flores de poetas ilustres, que publica el año 1605 y que es una colección de varias poesías escogidas de poetas clásicos e ilustres, que también cuenta con poemas suyos, siendo considerado uno de los tesoros más importantes del Siglo de Oro y en el que figuran poemas de  Góngora, Quevedo, Luis Martín de la Plaza, Lope de Vega y otros de los más importantes poetas de la época.
Bosque de Doñana, 1624
Traducción de los Salmos Penitenciales, 1625
Elogio al retrato Excelentísimo Sr. Don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, 1625
Espejo de cristal fino y antorcha que aviva el alma, 1625.
El perro y la calentura, 1625
Panegírico de la ciudad de Antequera, 1626
Pronóstico judiciario a los sucesos desde año de 1627 hasta el fin del mundo, que es una sátira y burla de los vaticinios astrológicos.
Panegírico al Excelentísimo Sr. Don Manuel Alonso Pérez de Guzmán (1629)
Soledad firmada con el nombre de Pedro de Jesús.
Existió otra obra suya que escribió en Sanlúcar de Barrameda el año 1644, titulada El tesoro escondido, que aunque es citada por el bibliógrafo sevillano Nicolás Antonio, parece ser que se perdió sin que se tengan noticias de la misma.
Arte de bien morir, 1651

Al Guadalhorce y su pastorcilla
Honra del mar de España, ilustre río
que con cintas de azándar y verbena
ciñes tu margen, de claveles llena,
haciendo alegre ultraje al cierzo frío,
si ya con tierna planta y dulce brío
vieres la ingrata, causa de mi pena,
hurtar tus perlas y pisar tu arena,
baña sus huellas con el llanto mío.
Así la Aurora vierta por tu orilla
canastillos de aljófar y esmeraldas,
olor las auras, flores el verano.
Y, si esto es poco, así mi pastorcilla,
cuando tus lirios ponga en sus guirnaldas,
te dé licencia de besar su mano.

Poesía a una mujer gorda
Porque sois para mucho,
y mujer tan de hecho
y de tan grande pecho,
os quiero grandemente;
y aquesto, muy sin artes,
que sois de grandes partes,
y de cuatro costados,
con nueva maravilla,
sois grande de los grandes de Castilla.
Y, aunque os hacéis tan grave,
que a muchos sois pesada,
como os ven bien tratada
y es tal vuestra grandeza,
no se atreve ninguno
a seros importuno;
que sois más mujer que otra,
y así, cualquiera siente
que lo podréis moler muy fácilmente.
Mas si os tenéis en mucho,
con grande fundamento
y con mayor asiento
estima en mucho a todos;
porque si sois grosera,
en ser terrible y fiera
sudar os hará alguno,
y con tan sucio ultraje
no es mucho que manchéis vuestro linaje.

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