miércoles, 20 de julio de 2016

Antiguo Cabildo, según Rafael González Calderón

Rafael González Calderón escribió en el número 9 de la revista Las Piletas, correspondiente al mes de agosto del año 2003, el artículo titulado Rehabilitación del antiguo Cabildo para Biblioteca Pública de Sanlúcar, del que transcribo lo siguiente:
Remontándonos al antiguo Cabildo sanlúqueño, Barbadillo ya lo calificaba de “el más importante factor representativo de la vida de la ciudad”.
No sabemos con certeza la antigüedad del organismo capitular sanluqueño, pero muy bien puede datar, como suponía Guillamas, “del tiempo en que la villa fue dada por el Rey a don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, y acaso con anterioridad”. Nos situamos así a principios del siglo XIII, en 1297.
La ubicación del Cabildo fue trasladándose en el tiempo; por 1511 se reunían en una vieja torre del antiguo Alcázar, la cual ocupaba el centro del lienzo del muro del Alcázar, recayente a la plaza, por donde después se edificaron el Pósito viejo y la Alhóndiga. Esta torre subsistió hasta 1546, según Barbadillo.
Desde entonces, se iban desarrollando los cabildos en distintos lugares. Ya en 1556 se pudo inaugurar una nueva casa consistorial, conocida como el “Cabildillo”, situada en la esquina de la plaza y la Corredera (calle de Francisco de Paula Rodríguez), donde vivía un zapatero y era propiedad del candelero Antón Pérez. Este local subsistiría 175 años.
Por último, desde 1715 a 1731, duraron las gestiones y las obras para habilitar el nuevo consistorio que llamaron de la Plaza Mayor o de la Lonja, reinando Felipe V y siendo Gobernador de esta Ciudad el Brigadier don Francisco Escobar y Bazán.
Este último edificio, “no es de grandiosa fábrica ni capacidad, pero sí bastante para su cometido, especialmente desde la ampliación en el siglo pasado por la Plaza de San Roque, que permitió llevar a él todas las dependencias municipales”, según lo describe P. Barbadillo Delgado en su libro “Historia de la Ciudad de Sanlúcar de Barrameda”.
Destaca el conjunto de su fachada de piedra, blanqueada durante años, y su balcón corrido desde el cual se juraban los soberanos y se presenciaban por la Corporación las fiestas de toros, que antiguamente se celebrarán en la plaza de la ribera.



Nota: El artículo completo lo puedes encontrar en el número 9 de la revista Las Piletas.

No hay comentarios: