jueves, 15 de junio de 2017

Sanlúcar y la Armada del Maluco: Segunda Parte

¿Qué vida realizarían los hombres de la expedición de Magallanes en los cuarenta días que permanecieron en Sanlúcar hasta que salió a hacía la aventura expedicionaria?.
De las actividades cotidianas durante esos días en la ciudad, apenas hay constancia, aunque suponemos que lo más importante era terminar el aprovisionamiento de los barcos.
Martín Fernández de Navarrete, al hacer una relación del coste que tuvo la armada de Magallanes, según los papeles del Maluco que se encuentran en el   Archivo de Indias, describe que en Sanlúcar de Barrameda se compró siete vacas, tres puercos y carne.
"Diez y siete mil setecientos treinta y cinco maravedies, los 14.000 que costaron siete vacas que se compraron en Sanlúcar para  el viaje, y 1.180 que costaron tres puercos; 2.560 maravedis que se gasto de carne con la gente cuando bajaron las naos a Sanlúcar y en Sanlúcar según mas largo paresce por el libro de la armada".
Por su parte, la historiadora Mª Lourdes Díaz-Trechuelo, escribe lo que sigue.
"Es probable que en toneles sanluqueños se envasara el agua, también de Sanlúcar, y casi seguro de Las Piletas, que embarcaron en las naos".
Suposición en la que también abunda el Ingeniero Técnico Naval, Ignacio Fernández Vial, al decir:
"Estas jornadas se aprovechan para cargar agua dulce, vinagre y vino".
Lo del agua de Las Piletas, lo suponemos una licencia ya que teniendo en cuenta los buenos pozos existentes en la ciudad, más cercanos al lugar donde estaban amarrados los barcos, no parece muy lógico que el agua que se cargase fuese precisamente de ese sitio.
La única referencia a Sanlúcar que hace Pigaffeta en su diario también habla del aprovisionamiento de la armada, y al mismo tiempo nos descubre como diariamente los hombres bajaban a tierra a oír misa en Ntra. Sra. de Barrameda.
"El capitán a bordo.- Algunos días después, el capitán general y los capitanes de los otros navíos vinieron de Sevilla a Sanlúcar en chalupas, y se acabó de aprovisionar a la escuadra. Todas las mañanas se saltaba a tierra para oír misa en la iglesia de Nuestra Señora de Barrameda, y antes de partir, el capitán ordenó que toda la tripulación se confesara; prohibió además rigurosamente que embarcase en la escuadra ninguna mujer."
Este hecho nos hace suponer que la escuadra estaba anclada en el antiguo puerto de Barrameda o puerto de Bonanza, ya que sería ilógico venir hasta esta ermita a oír misa diariamente si estuviesen en otro punto más lejano.
Tesis que Mª Lourdes Día-Trechuelo avala al decir:
"El puerto de Bonanza parece que existía también en el siglo XIII y se llamaba de Barrameda; de él tomó su nombre la ermita que menciona Pigafetta en su Diario,..."
En cuanto a la ermita de la que escribe Pigaffeta en su relato, podemos obtener más información con las descripciones que hacen los historiadores locales de las capillas y ermitas existentes en Sanlúcar y en las que encontramos abundantes referencias a Ntra. Sra. de Barrameda.
La historia de esta ermita y convento está rodeada de un halo de misterio, al hacernos los historiadores referencias a la Orden de los Caballeros Templarios que acompañaron a Fernando III el Santo en la conquista de Sevilla, y a su hijo, Alfonso X el Sabio en la de Jerez. Así, Juan Pedro Velázquez Gaztelu nos cuenta:

"Ermita de Ntra. Sra. de Barrameda de templarios por los años de 1270 y convento de Jerónimos desde 1440" 

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